¿Alguna vez han tenido la impresión de ver algo pero no estar seguros de lo que están viendo?
Una noche en la que estaba tomando fotos nocturnas bajo el impresionante cielo de El Roque de los Muchachos (La Palma, Islas Canarias, España), en el horizonte, hacia el Este, noté un resplandor débil. Lo primero que pensé es que era el resplandor de alguna ciudad o pueblo, pero precisamente una de las virtudes del observatorio del Roque de los Muchachos es la poca contaminación lumínica que hay y ese brillo muy seguramente habría sido algo de cual los astrónomos se hubieran quejado amargamente. Además, ese brillo no estaba ahí unas horas antes. Ya eran las horas altas de la madrugada, tal vez pasaban de las 4 o las 5 am, por lo que la siguiente explicación era que ese brillo anunciaba el amanecer. Y de alguna manera eso era cierto, sólo que no era la luz del Sol reflejada en la atmósfera de la Tierra.
Como se puede ver en la imagen, el resplandor tiene una forma triangular, elevándose desde el horizonte siguiendo una linea muy conocida por astrónomos aficionados y profesionales por igual: la eclíptica. Esta linea marca el camino que sigue el Sol en su movimiento aparente alrededor de la Tierra y es muy util para localizar otros planetas que son visibles a simple vista. Este resplandor se localiza ahí porque es la luz del Sol reflejada en polvo y partículas flotando entre los planetas. A lo largo de la eclíptica también se encuentran las constelaciones que forman el zodiaco, por lo que a este resplandor se le conoce como luz zodiacal.
Alexander von Humboldt, en su libro Cosmos, hace mención a lo claramente visible que era este fenómeno desde las regiones tropicales, mientras estuvo de viaje por Latinoamérica. Además, hace notar que la luz zodiacal muy probablemente fue observada y registrada por los mexicas en el codice Telleriano-Remensis, donde mencionan un brillo triangular hacia el Este visto durante varios días alrededor de 1509. Este brillo, por su posición no podía deberse a una erupción del volcán Popocatépetl. En europa, en contraste, los primeros reportes por escrito fueron hasta mediados del siglo XVII. La luz zodiacal, aunque es un fenómeno que básicamente es visible cualquier noche que este despejado y no haya luz de luna, muy pocos de nosotros hemos tenido la oportunidad de verlo, en gran parte debido a la contaminación lumínica. En la Ciudad de México, aquella región más transparente de la que habló Humboldt, ha quedado muy en el pasado.
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