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Dibujos de luz

Foto del escritor: vidadivvidadiv





Fotografía tiene las raíces griegas "photos" (luz) y "graphé" (trazar, escribir, dibujar). Entonces, fotografía significa "dibujar con luz". Curiosamente, la fotografía como hoy se hace, de forma digital, se aparta de su significado original, porque cuando la luz se captura con un sensor a base de un cristal semiconductor, en realidad, se está transformando la luz a información de ceros y unos. Esa información luego es interpretada por una computadora como imágenes, pero el "dibujo con luz" no existe, solo información de como hacer ese dibujo. Si, tal vez la luz hizo un dibujo en el sensor, pero ese dibujo desapareció inmediatamente. Tan es así, que el mismo sensor queda listo para capturar un nuevo dibujo de luz. Pero gracias a ello, hoy en día capturamos imágenes con muchísimo detalle, en distintas condiciones de luz, casi tantas veces como queramos y además las podemos alterar aprovechando que solo es información digital. Hacer "dibujos con luz" de forma digital es una actividad tan cotidiana como lo es mandarse mensajes instantáneos entre personas. Pero hubo una época, no hace tanto, que no era cotidiano.


La fotografía por más de un siglo siguió su significado original: luz haciendo dibujos en un material que cambiaba su configuración química de forma irreversible. Para el usuario común lo único importante era que esos cuadros acomodados en un rollo de material plástico no se volvieran a exponer a la luz. Estos rollos se llevaban a un laboratorio local donde nos eran devueltos en pequeñas tiras llamados negativos y las imágenes impresas en papeles tamaño "postal". Así es como lo recuerdo, así es como empecé a tomar fotografías y en ese entonces uno tenía la impresión de que sería del tipo de cosas que seguirían existiendo el resto de la vida.


Dicen que la mayoría de las veces uno no es consciente de la última vez que uno está haciendo algo. No recuerdo cuando fue exactamente la última vez que llevé un rollo a un laboratorio fotográfico para que me devolvieran fotos impresas. Pudo haber sido en en la Ciudad de México, ya que la última vez que utilicé una cámara analógica fue cuando me mudé por primera vez a la CDMX, aunque también pudo ser en Oaxaca en algún periodo vacacional. La transición hacia la fotografía digital fue muy rápida y los sitios de revelado desaparecieron en cuestión de unos pocos años. La cámara analógica Canon FTb, que había heredado de mi papá y que estuve usando por unos años, pasó a ser una pieza de decoración.


Aunque con el tiempo tomé mucho interés en la fotografía, solo estuve concentrado en la fotografía digital. Podría decir que en ningún momento me pasó por la cabeza volver a la fotografía analógica en rollo de 35 mm. De hecho, incluso llegué a creer que mi cámara Canon ya no servía. Además ¿donde iba a conseguir un rollo? ¿donde las iba a revelar? Tenía la impresión de que ya no se producían rollos fotográficos, que los que algunos fotógrafos utilizaban eran lo últimos que se habían producido años atrás y que además esos fotógrafos tendrían sus propios laboratorios en casa para revelarlos. Para alguien que decía estar interesado en la fotografía, mi ignorancia era (y es) amplia.


El Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo (CFMAB) es uno de los tantos centros culturales que creó el enorme artista plástico Francisco Toledo. Además de ser un espacio de exhibición de fotografía, también ofrecen diversas actividades para acercarse y adentrarse en la fotografía. El primer curso que tomé en ese centro fue de "Fotografía Documental" con la excelente fotógrafa Eva Lépiz. En ese curso no se tocó tal cual el tema de la fotografía analógica, pero ahí me enteré que el CFMAB venden rollos y que además tiene un cuarto oscuro para revelar fotos. Aún así, seguía sin pasarme por la cabeza el volver a la fotografía analógica. Pero, si no es la vida misma, son los amigos te empujan a nuevos caminos. En uno de mis viajes a la CDMX, Carina, excelente bajista y miembro del grupo Klesmerson, me dijo que tenía una cámara analógica que no la usaba desde hace muchísimo tiempo y me dijo "dale uso". Es una cámara Canon EOS Rebel 2000, analógica pero con bastantes funciones automáticas. A un regalo así no se le puede decir que no, además habría sido una grosería que también terminara como pieza de decoración como mi Canon FTb. Así, lo primero que hice al volver a Oaxaca fue pasar al CFMAB y comprar un rollo 35 mm en blanco y negro. En ese momento seguía sin saber como las iba a revelar, pero pensé que en el mismo CFMAB me podrían hacer la chamba. De nuevo, las amistades son las que te van abriendo camino. En un evento en el CFMAB, Eva me presentó a Dito Traspié, fotógrafo y experto en revelado de fotografías y en ese momento me dijo que estaba por comenzar un curso de revelado. Ahí estaba la respuesta de como iba a revelar ese rollo que ya estaba en la cámara.


Hay una componente técnica en el proceso de revelado que tiene que ver con químicos, temperatura y tiempos. Pero también hay una componente artesanal en la forma en que uno hace que el rollo esté en contacto con los químicos. Para empezar, dependiendo del químico para revelar que se esté utilizando es la concentración que se utilizará. A esta solución, apropiadamente, se le llama "revelador". Luego, dependiendo del tipo de rollo y la temperatura del revelador, será el tiempo que el rollo estará en contacto con este. Pero no es solo sumergir el rollo y ya, hay que moverlo. El rollo está dentro de un contenedor junto con el revelador y hay que moverlo cada cierto periodo de tiempo, pero incluso la forma en que se agite tiene un efecto en el revelado. Esto me recordó un poco al martini que James Bond suele pedir en sus películas, donde pide que esté "agitado, no revuelto". Dicen que el sabor cambia. Nunca lo he probado y no creo que tenga el paladar para notar la diferencia. Pero en las fotos creo que si se nota.



La imagen de la izquierda tuvo un proceso de revelado diferente al de la derecha. La diferencia más notable está en el "grano" de la foto. En la foto de la derecha el grano es mas grande que en la de la izquierda. Por cierto, la foto de la izquierda la tomé con la Canon FTb ¡Resulta que nunca tuvo nada malo! Probablemente solo me autoconvencí de que no servía para no sentirme mal de que la tenía ahí abandonada. La foto de la derecha la tomé con la Canon Rebel. Aunque la cámara tiene un efecto sobre la foto, este tiene que ver con la parte óptica, es decir, la forma en que le llegó la luz al rollo y como se ven las zonas fuera de foco. La parte de como se ve el grano depende del tipo de rollo y el revelado. Pero el revelado no es solo sumergir el rollo en el "revelador". Luego se le tiene que dar un "baño de paro" donde básicamente se remueve el revelador al rollo para que este deje de actuar. Después el rollo se vuelve a sumergir en otro químico que es el "fijador", que como el nombre lo indica, fija la imagen ya revelada en el rollo, produciendo así el negativo. El rollo se vuelve a lavar y luego se le agrega otro químico que evita que se le queden gotas de agua pegadas que pueden alterar la imagen. Al final el rollo se cuelga para que se seque.


Gracias a que durante la pandemia quise digitalizar unos rollos 8 mm (tarea titánica que implicaba capturar cuadro por cuadro obteniendo este video) ya tenía a mi disposición un digitalizador de negativos de 35 mm. Así obtuve las fotos mostradas lineas arriba. Pero parte importante de la fotografía analógica es también imprimir las fotos. Y no se trata de solo conectar la impresora para obtener la foto a partir del negativo digitalizado. No, es proyectando la imagen directamente del negativo hacia un papel con un material sensible a la luz, para que ahí se forme la imagen, para que ahí, la luz haga el dibujo. Pero de eso les contaré en otra entrada.

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