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Día 6: cardio y cables

Los que me conocen saben que desde hace años tengo una batalla contra mi mismo. O mejor dicho, contra mi metabolismo. Me es muy fácil ganar kilos y esta ciudad está llena de tentaciones culinarias. Por otro lado, cuando me cocino, mis propias limitaciones culinarias me llevan a tener una dieta poco balanceada, por lo que una manera en la que he batallado contra la panza es tratar de evitar cosas azucaradas y haciendo ejercicio.


En estos días de encierro he estado haciendo rutinas con una remadora y mis mancuernas, pero también empezaba sentir la necesidad de hacer algún tipo de cardio, es decir, algún tipo de ejercicio que acelerara mi ritmo cardiaco y la respiración. Como en otras ocasiones, la respuesta la encontré en YouTube. Como tengo vecinos debajo de mi, tampoco quería algo que me pusiera a brincar, ya que a mi me gusta hacer ejercicio al despertar pero no se si mis vecinos quieran ser despertados a la misma hora. Busqué "cardio sin brincos" y así tal cual encontré varios videos. Me llamó la atención que muchos de ellos decían "rutinas de 10 minutos" y yo en mi ingenuidad creí que eran demasiado cortas. Pues solo 10 minutos bastaron para que en este momento me duelan los muslos del esfuerzo. Fue vigorizante la verdad.


El resto del día quise seguir una rutina normal de lunes. Desayunar, bañarme y alistarme como si fuera a salir al trabajo, solo que seguiría aquí. Siguiendo una rutina de lunes, prendí la compu y sentí frustración al ver todas las cosas que tenía qué hacer y darme cuenta de las pocas ganas que tenía de hacerlas. Pero bueno, me ayuda a tener la mente ocupada y dejar de divagar sobre los tiempos que estamos viviendo.


Desde ayer tenía la intención de hacerme una comida un poquito más elaborada: un gnocchi con espinacas y pollo. Pero me ganó el hambre y la flojera y termine comiendo una ensalada de atún.


Por la tarde continué el trabajo y volví a tener videollamada con mis colegas Daniel y Estela y mi jefe, Eric. Analizamos unos datos que parecían tener algún tipo de error y eso me llevó a correr más simulaciones. De nuevo revisé todos los parámetros que estaba utilizando y todo parecía estar bien. Y de nuevo los resultados parecieran estar mal. Probablemente hay alguna otra cosa que no estamos entendiendo. Así es la ciencia, uno hace algo que ha funcionado en otras ocasiones y cuando no funciona, hay que entender primero porque no funciona y luego descubrir cómo hacerlo funcionar. Claro, siempre tratando de tener cuidado de no forzarlo a que funcione. Dicho en otras palabras, evitar el "cuchareo".


Ya al final del día me di cuenta que en el cielo se divisaban algunas estrellas, en particular las que forman la constelación de Orión. Me atrevo a pensar que la disminución del tráfico en la ciudad le ha dado un poquito de claridad al cielo. Además de la contaminación, siempre he creído que hay dos cosas que afean las ciudades y arruinan un paisaje urbano: los coches y los cables. En este caso, justo frente a mi terraza pasan unos cables que literal, afean el paisaje.



Si vieron las fotos de mis post anterior, se darán cuenta que utilicé un zoom y seleccioné un área muy particular donde los cables no se me atravesaran. De cualquier manera, fue agradable ver algunas estrellas en el altamente contaminado cielo de la ciudad. Y con contaminación me refiero a la contaminación lumínica.



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