Hoy se cumplen dos semanas desde que empecé a narrar mi distanciamiento social. Dos semanas desde que solo he salido para lo necesario. Dos semanas viendo todos los días como crece el número de contagios. Dos semanas de aprender a tener una vida dentro de mi departamento.
Hoy fue otro día en el que tuve que salir. Además de volver a ir al cajero tuve que comprar víveres. Para esto fui a un Superama que está junto a la torre en construcción visible desde mi departamento. En el recorrido de nuevo vi poca gente en la calle y un tráfico muchísimo más reducido al habitual. Claro, esta es solo mi percepción. Para llegar al Superama tengo que cruzar un puente peatonal sobre circuito interior. En un extremo del puente estaba un chico que actuaba de forma un poco extraña, volteando a todos lados como si tuviera el temor que alguien lo viera. Conforme me iba acercando eso me puso nervioso pero luego vi porque estaba actuando así: se estaba haciendo un churro. En estos días de encierro imagino que habrá mucha demanda de mota. Como dicen, el ocio es la madre de todos los vicios.
La torre en construcción se supone será el rascacielos más alto de la ciudad, con más de 250 metros de altura. En su mayoría serán departamentos de lujo. Mientras veo como la siguen construyendo no puedo evitar pensar "¿quien carajos puede comprar estas cosas? ¿a que se dedican para poder pagar un departamento así?". Para que haya quienes puedan comprar departamentos de lujo, tiene que haber millones trabajando en la calle, como los que en repetidas veces se ha dicho que no tienen la opción de quedarse en su casa en esta pandemia.
Tal vez era por la hora pero había poca gente en el Superama, que por un lado es bueno para seguir manteniendo la sana distancia, por otro, es un ambiente triste. Compré lo que necesitaba y volví a casa. Ya en el camino de ida había notado algunas jacarandas bien cargadas de flores. De regreso decidí tomarle foto a una con el cel.
De hecho ya en casa me di cuenta que desde la parte de atrás de mi depa se logran ver un par de jacarandas. Mañana al amanecer les tomaré fotos.
Al principio no me fascinaba la idea que desde aquí el super no me quedara tan cerca y tuviera que caminar cerca de 1 km hasta allá. El par de veces que he salido por comida lo he agradecido. No hay como dar una caminata.
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