Desde que estuve en distanciamiento social para terminar la tesis hace 5 años, me prometí a mi mismo que sería estricto en hacer el trabajo en el trabajo y no pensar que puedo terminar las cosas en casa. Al final me di cuenta que rendía exactamente lo mismo. El intentar trabajar en casa solo me agotaba bajando mi rendimiento en casa y en el trabajo. Así, en los últimos años, solo en contadas ocasiones hice algo del trabajo estando en casa. Eso no significa que no hiciera nada los fines de semana. De hecho es en fines de semana donde he hecho muchas cosas que me han llenado de orgullo, como mis videos de timelapse y animaciones, pero eso son proyectos personales.
Mucho de lo que hago de investigación realmente no requiere que esté en el Instituto de Física. Si, he hecho algo de trabajo experimental. pero la inmensa mayoría del tiempo estoy frente a la computadora peleándome con códigos. Mi trabajo prácticamente lo puedo hacer desde cualquier lugar donde tenga conexión a internet. Sin embargo, siguiendo mi regla de separar el trabajo de mi casa, ya me había adaptado muy bien a mi silla, mi escritorio y demás "comodidades" en mi cubículo del Instituto. Trasladar ese ambiente de trabajo a casa en estos días no ha sido sencillo. Pero por otro lado, bien dicen que no hay nada mejor para distraer la mente que el trabajo. Precisamente la urgencia de terminar unos análisis y tener listo unos artículos lo antes posible me han obligado a desarrollar trabajo en casa y no pensar en el porqué tengo que estar en casa. Se que tengo ese privilegio, el de poder continuar con mi trabajo desde casa. Pero aún así no deja de molestarme la sensación de ser invadido por algo que tendría que estar dentro de los confines de Ciudad Universitaria.
No se si fue el calor, o que se me pasó la mano con el ejercicio esta mañana, o que el encierro ya me empieza a calar, pero me fue sumamente difícil concentrarme. Tenía frente a mi, en la pantalla, los códigos con los que tenía que trabajar y sencillamente me sentía bloqueado. Intenté hacer unas cosas sencillas que me habían funcionado muy bien en muchas ocasiones, con geometrías y experimentos más complejos, pero hasta mi computadora parecía estar también indispuesta porque no más no funcionaban.
Algo que me mantuvo a flote durante el doctorado fue la fotografía, y en particular, la construcción de videos con timelapse. De hecho el timelapse es algo que se puede hacer mientras uno trabaja o hace otra cosa. Lo importante es preparar la cámara y colocarla donde uno no vaya a tropezar con ella. Y así, como les había comentado, hoy estuve haciendo algunas tomas. Todavía no se que forma le daré al video, pero entre más material junte, mejor. Es como lo que alguna vez escuché sobre los videos documentales: primero grabas y después escribes la historia.
Al final del día, mientras editaba las imágenes que tomé, escuchaba la conferencia de prensa de las 7 p.m. donde se reporta la evolución del COVID19 en México. Hoy el Gobierno de México declaró el estado de emergencia sanitaria, algo que ya se esperaba que sucediera en algún momento, pero que no deja de causar una impresión. Para darle ese toque dramático, minutos después que fue anunciado se fue la luz en la colonia. No había negrura absoluta (el sitio de construcción a unas cuadras estaba iluminado) pero no hay mayor forma de acentuar la soledad que el silencio. De alguna manera siempre tengo algo haciendo ruido en casa, ya sea en forma de música o algo en la tele. Pero sin electricidad, solo tienes el sonido de los insectos, de los coches que siguen pasando por la calle y el rumor a la distancia de la ciudad.
Aquí algunos frames de lo que estuve fotografiando hoy.
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